La caída de la inversión penaliza a las ‘start up’ – Expansión

El volumen total de financiación cae más que la actividad de rondas, que sigue en niveles altos y refleja la vitalidad del sector. Factores como la evolución de los tipos de interés condicionarán la recuperación en los próximos meses.
Tras un periodo de euforia inversora que alcanzó su mayor nivel hace dos años, 2023 no está siendo el mejor curso en términos de financiación para las start up. Una vez superada la pandemia, la economía mundial no ha salido indemne de los efectos de la invasión de Ucrania y la normalización de los tipos de interés. Este cóctel explosivo ha dado lugar a un clima de incertidumbre continuada, que ha provocado que los inversores extremen precauciones y pongan buena parte de su actividad en stand by.
Ninguno de los principales ecosistemas emprendedores escapa a esta tendencia de desaceleración. El informe de perspectivas elaborado por la firma de capital riesgo londinense Atomico el pasado mes de junio preveía una caída interanual del 38% en la inversión recibida por las start up europeas: estima que, cuando termine 2023, habrán captado menos de 45.000 millones de euros. Ya el año pasado el volumen total de financiación había descendido hasta los 77.600 millones de euros desde la cifra récord de casi 100.000 que registró en 2021. Atomico atribuye la mayor parte de esta caída a la retirada de los fondos de inversión estadounidenses.
Los indicadores en España se mueven en el mismo marco. En el primer semestre de 2023 las start up nacionales captaron 1.035 millones de euros en 209 operaciones de financiación, según el estudio publicado en los últimos días por el Observatorio de Startups de la Fundación Innovación Bankinter. Estos datos suponen un descenso del volumen de inversión del 30% respecto de la segunda mitad del año pasado, mientras que el número de rondas aumentó en un 12%. No obstante, ambos parámetros reflejan una importante caída si se comparan con el primer semestre de 2023.
Motivos para el recorte de la inversión
Si bien es generalizada en todas las fases, la caída de la financiación está siendo especialmente acusada en las más avanzadas -Series B y C en adelante-. Esto explica que el impacto sea mayor en el volumen invertido y no tanto en el número de operaciones. “Tras muchos años con tipos negativos y en los que otras clases de activos habían perdido parte de su interés, nos enfrentamos a una situación macroeconómica diferente: un importante incremento de la inflación, tipos elevados sin visos de bajar a corto plazo y una situación geopolítica inestable”, resume Javier Megías, managing partner de fondos EMEA de Plug and Play.
Buena parte de aquellos nuevos inversores en start up ha optado ahora por replegarse en busca de activos menos volátiles, dando lugar a un ajuste inversor que se hizo patente primero en los mercados bursátiles y se ha ido transmitiendo después a todo el sector. “Hubo una valoración sobredimensionada de muchas start up tras la pandemia y esto se está corrigiendo, pero ha afectado a todo el ecosistema”, señala Carlos Blanco, fundador de Encomenda VC y Nuclio.
En este contexto, “muchos fondos de venture capital prefieren centrarse en proteger y ayudar a ser rentables a las empresas que ya tienen en cartera”, añade José Carlos Huerta, director del programa Startups de Fundación Innovación Bankinter. De hecho, la mayor parte de las firmas está concentrando sus últimas rondas en su portfolio, limitando así la inversión en nuevas compañías.
Sin salidas a Bolsa y el efecto arrastre
Como resultado de estos factores, se ha producido una fuerte caída de los exits. Las salidas a Bolsa de tecnológicas españolas en los últimos meses han brillado por su ausencia. La corrección de las valoraciones ha provocado que estas operaciones se retrasen debido al desajuste en el valor percibido por parte del mercado. Huerta recalca que “los fondos que invierten en fases más tardías optan por posponer la salida a Bolsa de sus participadas ante el temor a no obtener el retorno esperado“.
A modo de efecto arrastre, esta tendencia se traslada de forma inexorable al resto del ecosistema. Así lo subraya Carlos Blanco: “La ausencia de exits provoca que las inversiones en rondas Serie B y Serie C disminuyan, y así sucesivamente. Es un efecto cascada que llega a todos los niveles, haciendo que los fondos guarden el dinero para el futuro o para otro tipo de inversiones“.
A pesar de que la prudencia se esté imponiendo por ahora, el dinero sigue ahí a la espera de un entorno más favorable para operar. Según datos de SpainCap, los fondos españoles de private equity y capital riesgo cerraron 2022 con unos recursos pendientes de inversión -dry powder, en el argot- de más de 6.000 millones de euros.
Los inversores reclaman un crecimiento sostenible
La incertidumbre económica ha hecho que los inversores concedan especial valor a la rentabilidad en detrimento del crecimiento acelerado. Esto supone un cambio de escenario, tras una era en las que muchas start up pusieron toda la carne en el asador para crecer a cualquier precio, sin preocuparse por quemar cientos de millones de euros en el camino. Ahora, los emprendedores que han desarrollado un modelo de negocio eficiente y sostenible tienen ventaja.
“Afortunadamente, se ha sacado de la ecuación el crecimiento a toda costa financiado por un capital barato. Es un muy buen momento para emprender e invertir en venture capital”, valora Andrés Dancausa, general partner de TheVentureCity. No deja de ser un retorno al enfoque tradicional de cualquier empresa, que debe estar saneada y se propone alcanzar la rentabilidad en un horizonte temporal razonable.
En la misma línea, José Carlos Huerta confirma que “los inversores nunca perderán de vista el crecimiento, pero en este momento priorizan que éste sea más sano. Se trata de una tendencia que ha venido para quedarse”.
La gran pregunta: ¿Cuándo llegará el rebote?
Tras un ajuste que ya se prolonga desde el segundo trimestre de 2022, el ecosistema inversor se pregunta si ya ha tocado fondo y cuándo se producirá el esperado rebote. Los expertos coinciden en que es difícil lanzar pronósticos en un entorno tan incierto, pero creen que podría darse a comienzos de 2024. La expectativa no es regresar a picos como los que se registraron en el histórico 2021, pero los niveles de inversión sí deberían estabilizarse holgadamente por encima de años como 2019 y 2020.
“Aún hay ciertas dudas entre los inversores acerca de si ya se ha llegado al punto final del ajuste”, reconoce Javier Megías. La mayoría de las estimaciones asignaban a este periodo una teórica duración de entre cuatro y seis trimestres desde el pico máximo hasta el punto más bajo. Estas previsiones apuntarían al tercer o cuarto trimestre de 2023, o como máximo al primero de 2024, como el punto de inflexión a partir del cual la situación mejorará.
El socio de Plug and Play se muestra optimista por varias razones: los cambios de tendencia que empiezan a adivinarse en factores macroeconómicos como la inflación y los tipos de interés, el repunte de operaciones en fases iniciales en el último trimestre y el potencial transformador que percibe en la inteligencia artificial.
José Carlos Huerta advierte de que “llevará tiempo volver a las cifras que se alcanzaron en 2021 y 2022”, y sostiene que el futuro del sector estará estrechamente ligado a la evolución de la economía global. En este sentido, Carlos Blanco considera que la situación mejorará una vez que la invasión de Ucrania llegue a su fin y se moderen los incrementos de precios que afectan al consumo, aunque destaca que “en este momento sigue habiendo oportunidades: vemos compañías muy interesantes en las que invertir y notamos que hay menos competencia que antes”.
El ajuste de las valoraciones agita el ecosistema
Las valoraciones de ‘start up’ ya llevaban años aumentando sin parar, pero la llegada del Covid-19 terminó de sobredimensionar el potencial de algunos negocios digitales. La vuelta a la normalidad tras la pandemia ha impulsado un ajuste progresivo con importantes recortes en las valoraciones. “Esta caída en picado tiene su impacto más dramático para las compañías en fases avanzadas: muchas cerraron rondas entre 2020 y 2022 a múltiplos que ahora están completamente fuera de mercado”, dice Javier Megías, ‘managing partner’ de fondos EMEA de Plug and Play.
Algunas han levantado nuevas rondas a la baja, con enormes descuentos sobre su anterior valoración. Una de ellas es la ‘fintech’ sueca Klarna, que experimentó a mediados del año pasado un recorte del 86% -desde los 45.600 millones de dólares hasta 6.700-. Otras que llegaron a valer más de 1.000 millones de dólares han perdido incluso la condición de unicornio. Esta situación, que compromete su capacidad de transicionar hacia modelos con ebitda positivo, ya ha inspirado un nuevo término: el de ‘zombicornios’.
El ocio atrae la mayor ronda del año
Fever, que se unió a comienzos de 2022 a la selecta lista de unicornios españoles, se ha consolidado como un referente internacional en el ámbito de las experiencias y planes de ocio. La ‘start up’ cerró en enero una nueva ronda de financiación de 101,3 millones de euros -110 millones de dólares- liderada por el fondo de inversión de ‘growth equity’ del gigante financiero Goldman Sachs. Además, participaron en la operación otras firmas de capital riesgo: Eurazeo, Convivialité Ventures, Goodwater Capital, Alignment Growth, Vitruvian Partners y Smash Capital. Con esta última ronda, el unicornio de los eventos en vivo ya ha alcanzado una valoración de 1.800 millones de dólares. Dirigida por Ignacio Bachiller, Alexandre Pérez Casares y Francisco Hein, tiene su sede principal en Delaware (Estados Unidos) desde 2019 y cuenta con un marcado carácter internacional: sus primeras aperturas fueron en Madrid, Londres y Nueva York, pero ya está presente en más de 80 ciudades de Europa, América, Asia y Oceanía. Durante el año pasado la compañía logró duplicar su facturación y ha afianzado su posición en Norteamérica, que representa ya más del 50% de los ingresos del grupo. Entre sus planes a medio y largo plazo, Fever baraja la posibilidad de salir a Bolsa.
Cómo acelerar el crecimiento
El unicornio español de la movilidad, Cabify, anunció en marzo que había captado financiación por 101 millones de euros -110 millones de dólares- entre ‘equity’ y deuda para acelerar su crecimiento de manera rentable y apostar por la movilidad sostenible. La ronda dio entrada a Orilla Asset Management, el ‘family office’ de Francisco Riberas -presidente del grupo Gestamp-, y el fondo Next Tech del ICO, gestionado por Axis. En el importe definitivo también se incluye el préstamo de 40 millones concedido a la empresa por el Banco Europeo de Inversiones (BEI) en diciembre de 2022 y la inversión que efectuó Mutua Madrileña hace un año. El objetivo de Cabify, que destaca que su facturación creció un 24% entre 2019 y 2022 -y un 32% respecto a 2021, aún afectada por la etapa pospandemia-, es acelerar su plan estratégico de crecimiento en los mercados en los que está presente en España y América Latina: Argentina, Uruguay, Colombia, Perú, México y Chile.
Además de potenciar la electrificación de su flota, la empresa prevé multiplicar por tres sus ingresos en el próximo trienio para incrementar su cuota de mercado en todos los países. Entre otros proyectos, planea expandirse a más de 25 ciudades entre Latinoamérica y España.
Una ampliación para expandirse
La primera gran operación de 2023 en el ecosistema español estuvo protagonizada por Wallapop. La plataforma de compraventa de artículos de segunda mano llevó a cabo a principios de enero una ampliación de la ronda Serie G que cerró en 2021 por valor de 81 millones de euros. La operación fue liderada por Korelya Capital, el brazo inversor en Europa del gigante surcoreano de Naver, que es propietario de la aplicación de mensajería Line y ya era uno de los principales accionistas de Wallapop. También formaron parte del acuerdo otros inversores que ya estaban en el accionariado de la compañía como Accel, Insight Venture Partners y 14W. La nueva ronda elevó la valoración de la ‘start up’ dirigida por Rob Cassedy hasta 771 millones de euros -834 millones de dólares-, la más alta de su historia. A Wallapop se le viene resistiendo la consideración de unicornio, en gran medida por las dificultades para rentabilizar su negocio tras una década de actividad, aunque en 2022 elevó sus ingresos en un 40% tras dos años de caídas. Gracias a los nuevos fondos, su objetivo es consolidar su crecimiento en el sur de Europa: ya está presente en Italia y Portugal, donde quiere replicar el éxito cosechado en España.
Asistente inteligente de idiomas
Aunque nació en Kiev y sus fundadores son ucranianos, la sede principal de Preply en Europa se encuentra desde hace años en Barcelona. La ‘start up’, que ha creado la mayor comunidad de aprendizaje de idiomas online del mundo, levantó a mediados de julio unos 62 millones de euros -70 millones de dólares- adicionales entre ‘equity’ (en su mayor parte) y deuda, que complementan los 50 millones que ya había captado el año pasado. Así, el importe de su ronda de financiación Serie C asciende hasta los 120 millones de dólares. La operación fue liderada por Horizon Capital y contó con la participación de otros inversores como Owl Ventures, que ya había encabezado su anterior operación en 2022. La plataforma, que supera los 35.000 tutores y tiene unos 500 empleados de 60 nacionalidades en 30 países, está invirtiendo en inteligencia artificial para introducir mejoras en las clases. No quieren sustituir a los profesores, sino darles nuevas herramientas. Sus ingresos se han multiplicado por diez desde 2020, con un fuerte crecimiento de su negocio B2B. Sólo en el último año, ha cerrado más de 200 acuerdos para ofrecer clases de idiomas corporativas con compañías como Glovo, RIU Hotels y Bain & Company.
El autoconsumo, una oportunidad
La ‘start up’ SolarMente, que propone un sistema de suscripción para instalar y financiar placas solares, alcanzó en abril un acuerdo de inversión de 50 millones de euros con la firma GNE Finance, que tiene sede en Barcelona y está especializada en el mercado de las energías renovables. Articulada según un modelo de SPV -vehículo de propósito especial, por sus siglas en inglés-, es un paso más en la hoja de ruta que se propone la compañía para impulsar la transición energética y estimular la renovación accesible de las edificaciones y viviendas en un contexto de descarbonización. La operación, que se compone fundamentalmente de deuda y también tiene una parte de ‘equity’, permitirá que SolarMente lleve a cabo 10.000 instalaciones solares en viviendas de Barcelona, Madrid, Valencia y Alicante durante los próximos cuatro años. Desde el verano de 2022, la ‘start up’ crece a un ritmo mensual del 20% de forma estable. En particular, el incremento en ventas durante el último año ha sido del 400%, lo que ha generado un ahorro de más de 500 toneladas de emisiones de dióxido de carbono. Viene realizando unas 80 instalaciones mensuales en España y planea alcanzar las 300 a finales de este 2023.
La formación no pasa de moda
Nacida para traer a España un modelo de financiación que ayuda a las personas a mejorar su formación y cambiar de carrera, StudentFinance captó en marzo una nueva ronda de financiación Serie A de 39 millones de euros entre capital y deuda. La ‘start up’ ha invertido esta última parte en dar continuidad al crecimiento del proyecto a escala nacional, mientras que ha destinado la parte de ‘equity’ a aspectos operacionales como la ampliación del equipo y el desarrollo de tecnología de ‘machine learning’. Entre otros inversores, participaron en la operación Iberis Capital, SmartLenders Asset Management, Armilar Venture Partners, Mustard Seed Maze, Giant Ventures y Seedcamp. En apenas dos años, la ‘fintech’ ha gestionado un volumen de más de 15 millones de euros de financiación para que los profesionales desarrollen sus capacidades digitales y tiene previsto alcanzar los 400 millones de euros en los próximos tres años en España, mejorando la cualificación de más de 200.000 personas. Ahora, su principal meta tras la ronda pasa por acelerar el crecimiento y multiplicar por diez el volumen de financiación para consolidarse en España. Además de la financiación en formato ‘bootcamp’ o máster, aspira a ampliar los sectores que cubre ofreciendo formación en ámbitos más allá del sector tecnológico o digital.
Creciendo al ritmo de la IA
La inteligencia artificial se ha desmarcado en el último año como la tecnología que promete revolucionar el mundo. Es un tirón que ha aprovechado Inbenta, una ‘start up’ fundada por Jordi Torras que se apoya en la IA conversacional para que las empresas puedan ofrecer una mejor experiencia a sus clientes y empleados. La compañía cerró en enero una ronda de financiación de 36,9 millones de euros -40 millones de dólares-, liderada por la firma de inversión especializada en ‘growth’ Tritium Partners. Gracias a esta inyección de capital, Inbenta planea dar un impulso a la innovación de producto y expandirse hacia nuevos mercados. La ‘start up’ con sede en Barcelona es capaz de automatizar las interacciones entre las empresas y sus usuarios, a partir de una solución que puede desplegarse en segundos, es interoperable en múltiples plataformas y permite dar respuesta sin descanso a miles de millones de interacciones simultáneas hasta en 35 idiomas. Esta tecnología de Inbenta ayuda a las compañías a agilizar la resolución de consultas de los clientes, reducir sus necesidades de personal, minimizar los costes asociados a la intervención humana y crear un canal siempre activo para áreas como la atención al cliente, ventas y recursos humanos.
Un candidato a unicornio
Luis Bardají, Gabor Balogh y Ramón Castro fundaron Trucksters en 2018 con el propósito de utilizar tecnologías como el ‘big data’ y la inteligencia artificial para aumentar la eficiencia del transporte de mercancías por carretera. La ‘start up’ cerró en el pasado mes de junio una ronda Serie B de 33 millones de euros en la que entraron nuevos inversores, como el grupo Volvo, Continental y el Banco Europeo de Inversiones. Asimismo, participaron en la operación varios de los accionistas que ya habían apostado anteriormente por el proyecto, como los fondos españoles Kibo Ventures, The Valley VC, Bonsai Partners y Big Sur Ventures, además de Sacha Michaud, cofundador de Glovo. La compañía, que viene creciendo de manera constante desde sus inicios y se ha consolidado como uno de los principales candidatos a entrar en la lista de unicornios españoles, alcanzó los 30 millones de euros de facturación el año pasado, cuatro veces más que en 2021. Gracias a los nuevos fondos, planea reforzar su equipo tecnológico y consolidar su presencia en mercados internacionales. Ya cuenta con una plantilla de alrededor de 100 empleados y su actividad se extiende a siete países: Países Bajos, Alemania, Bélgica, Polonia, Reino Unido, Francia y España.
Los inversores, atentos a las ‘fintech’
ID Finance, la ‘fintech’ fundada en 2015 por Boris Batine y Alexander Dunaev que emplea sistemas de analítica avanzados y algoritmos de ‘machine learning’ para dar acceso a servicios financieros, completó en marzo una ronda de financiación por valor de 30 millones de euros, liderada por la gestora de fondos británica Kingsway Capital. Una parte de la operación fue destinada a la adquisición de participaciones de los inversores iniciales de la ‘start up’ y otra se trató de una aportación de capital adicional en forma de bono convertible, estableciendo una valoración máxima de 235 millones de euros. La compañía, que tiene sede en Barcelona y oficinas tanto en Madrid como en México, anunció la intención de utilizar estos nuevos fondos para impulsar el crecimiento del negocio, con especial foco en su aplicación de bienestar financiero ‘Plazo’, que ofrece una tarjeta de débito con la que ayuda a sus usuarios a ahorrar y tener control sobre las finanzas personales al mismo tiempo que reciben recompensas por las compras.
Según indican desde la firma, ID Finance ya cuenta con unos cinco millones de usuarios entre España y México, mientras que la ‘app’ Plazo fue lanzada en 2021 y tiene alrededor de 120.000 clientes.
La era de la movilidad eléctrica
La ‘start up’ de motos eléctricas Stark Future firmó hace un mes un préstamo de 20 millones de euros con Banco Santander para dar un impulso a la producción de su primer modelo, la Stark Varg, en sus instalaciones de Sant Boi (Barcelona). Utilizada como capital circulante, la compañía prevé destinar la financiación a la ampliación de su capacidad de fabricación, la optimización de sus procesos industriales y la inversión en I+D. Gracias a la operación, Stark Future aspira a posicionarse como líder en el segmento del transporte sostenible, promoviendo la adopción de motocicletas eléctricas. Pese a no tener ningún vínculo previo con Barcelona, el emprendedor sueco Anton Wass tomó la decisión en 2019 de fundar la empresa en la capital catalana debido a la cantidad de profesionales experimentados en el sector, la amplia red de proveedores y su larga tradición ligada al automovilismo. Su alianza con Santander llega apenas seis meses después de que la ‘start up’ abriera su capital a la histórica marca Royal Enfield, que se hizo con un 10% del accionariado. La filial de Eicher Motors, grupo indio que cotiza en la Bolsa de Bombay, invirtió 50 millones de euros en Stark y entró a formar parte del consejo.
Como hacer las matemáticas fáciles
Las matemáticas, que están en la base de numerosas profesiones STEM, siguen siendo una pesadilla para muchas personas. Los problemas asociados al aprendizaje de esta materia constituyen una importante barrera que la ‘start up’ Innovamat, fundada en 2017, pretende dejar atrás. En marzo la compañía cerró una ronda de financiación de 20 millones de euros, coliderada por el fondo de impacto educativo estadounidense Reach Capital y por los españoles Kibo Ventures y Bonsai Partners. Además, formaron parte de la operación otros inversores europeos como Axon Partners Group, 10x, Barlon Capital y Dozen Investments. La compañía, que empezó con apenas 13 colegios, ya tiene 320 empleados y facturó en torno a 11 millones de euros en 2022. Su propuesta educativa incluye a 15.000 docentes de más de 2.000 centros de Europa y Latinoamérica, que imparten matemáticas de manera competencial a más de 350.000 alumnos. En particular, trabaja con colegios e institutos de España, Italia, México, Colombia, Chile, Ecuador, Brasil y Perú. Tras esta última operación, quiere llevar también su propuesta a Estados Unidos. De forma adicional, Innovamat se ha propuesto el objetivo de crear un centro pionero especializado en investigación de la didáctica de las matemáticas para continuar perfeccionando su modelo.
El filón de la economía sénior
Centrada en servicios en el hogar para personas mayores o en situación de dependencia, Qida trabaja en uno de los sectores más resistentes ante la inflación y el ciclo económico. De hecho, la ‘start up’ captó en marzo 18 millones de euros en la mayor ronda de la historia de España en este ámbito, que abarca tanto la atención domiciliaria como los productos y servicios para el segmento sénior en casa. La operación dio entrada a Kibo Ventures como accionista de la compañía, que también recibió el respaldo de Ship2B Ventures, Creas y Fondo Bolsa Social. Con la nueva financiación, la empresa pone el foco en cuatro líneas: la mejora del equipo y el producto tecnológico, el cierre de acuerdos de colaboración con los líderes del sector, la entrada en licitaciones de atención domiciliaria públicas y la preparación de su expansión internacional a finales de 2024, que empezará por el sur de Europa. Desde que Oriol Fuertes pusiera en marcha el proyecto en 2018, Qida ha crecido a gran velocidad: en 2022 facturó 40 millones de euros, multiplicando por 2,5 sus ingresos respecto al año anterior. Su equipo está conformado por 150 empleados y tiene oficinas en Madrid, Bilbao, Pamplona y Sabadell.