Argentina en los BRICS ¿relato, golpe de efecto o política de Estado? – infobae
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En estos días se vino desarrollando la cumbre de los países del denominado BRICS, un término inventado por bancos de inversión de Wall Street a comienzos de siglo para vender bonos de deuda de Brasil, Rusia, India y China.
La diplomacia brasileña del primer y segundo mandato de Lula buscaron muy activamente darle alguna carne a este termino y alentaron sucesivas reuniones entre los cancilleres y Presidentes de esos países. A Brasilia le interesaba y le interesa aparecer en la foto con dos Estados con poder de veto en la ONU como Rusia y China, y con tres países con arsenal nuclear como estos mismos dos y la India.
La aspiración brasileña de ser miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU se ha vuelto a reactivar con la llegada de Lula. De más está decir que la diplomacia mexicana no quiere saber nada con esa idea.
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Seria bueno que el kirchnerismo, que tan entusiasmado estaba allá por el 2019 y 2020 con el Grupo Puebla y López Obrador, haga las consultas del caso. Todos los gobiernos argentinos, incluyendo el de Néstor Kirchner, no se mostraron interesados en apoyar una banca permanente para Brasil.
Durante el 2022 y lo que va del 2023 se multiplicaron las versiones de la ampliación de los BRICS y se ponía el foco en especial en Arabia Saudita, Egipto, Irán y en Argentina. Otros tantos, quedarían para una segunda tanda a decidirse el año que viene. Cuando todos estuvieses incorporados, estaríamos frente un club de 11 dictaduras, 5 autocracias y solo 4 democracias.
Desde ya en política internacional lo que debe regir son los intereses nacionales y no los purismos ideológicos. No obstante, no deja de ser chocante que el anunció del futuro ingreso de Argentina se de al mismo tiempo que él de Irán. El paso de los años no ha dejado atrás el dolor y el reclamo de Justicia por los atentados terroristas de 1992 y 1994.

Justamente en los canales por cable de Argentina y el mundo se puede ver a serie El fantasma de Beirut, que relata la historia de Imad Mugniyah, uno de los mandos más importantes de la organización libanesa pro iraní Hezbollah y su rol en esos y otros atentados. Los servicios de inteligencia occidentales lo abatirían en el 2008 en Damasco y su hijo, joven ascendente oficial de la misma organización, moriría junto a militares iraníes en las Alturas del Golán por el accionar de bombas y misiles israelíes (el mismo fin de semana de la muerte del fiscal Nisman).
Volviendo al tema BRICS, quizás uno de los mayores errores de percepción de los entusiasmados con éste foro es pensar que el mundo es multipolar cuando en realidad se va consolidando una bipolaridad y competencia estratégica entre los EEUU y China. El PBI chino supera con creces la suma de la riqueza producida por los países que ya son del BRICS y de los que se anunciaron ahora y los que se sumarian en el 2024.
Lo mismo sucede si se hace el mismo cálculo con los gastos militares. En otras palabras, una brutal asimetría de poder. Los entusiastas partidarios del fantasioso Sur Global (en varios casos una versión 2.0 y de un anti EEUU tan de moda en los años 60 y 70 en la izquierda pequeño burguesa de América Latina y de Europa), ven en China en particular y en el BRICS en general el ariete mágico para acelerar el fin de la primacía americana y de sus aliados.
Uno de los tantos problemas que enfrenta esta visión es que dentro del BRICS conviven dos rivales estrategico militares como la India y China. Lo mismo cabria decir, mas allá de una cierta mejora en la relación bilateral del ultimo año, entre Arabia Saudita e Irán y Egipto e Irán nuevamente.
Yendo al plano mas domestico, de más esta decir que decisiones estrategias relevantes deberían ser parte de una agenda de consultas y diálogo con las fuerzas políticas Argentina con importantes posibilidades de acceder al poder en los próximos meses, así como saber cabalmente los impactos económicos, comerciales y geopolíticos de esta movida, sin olvidar la necesidad de informar y analizar junto al mundo empresarial y de los estudios de la política y de la economía internacional.
En otras palabras, pensarla como una política de Estado y no como relato y golpe de efecto al final de un traumático mandato presidencial.
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